El jardinero del Hades

Atenas, 28 de junio de 2015

#YoVoyConGrecia

Escribo tomándome un capuchino con hielo en una terraza de la plaza Sintagma. Una megafonía que llegaba desde lejos a la habitación del hotel nos había alertado esta mañana de que acaso tendríamos un día políticamente movido  en las calles de Atenas. Este país, que se alza hoy como signo de la dignidad y de democracia frente al salvaje liberalismo del mercado y sus socios de la Troika, es el peligroso socio europeo que puede llegar a subvertir con su ejemplo las prácticas económicas que devastan Europa en favor de las grandes fortunas y los bancos. De ahí la fuerza con que arremete la UE contra el díscolo país heleno. Los que quieren que nada cambie, que se siga manteniendo la misma correlación de fuerzas en donde unos pocos exprimen a la mayoría están en alerta roja dispuestos a machacar bajo su bota a todos aquellos que busquen una miaja de bien común. Y todos ello encabezado por el país que más deuda dejó y se le condonó a lo largo del último siglo, Alemania. Los bancos, que se la jugaron a todas guiados por la usura y la fiebre de ganar más y más dinero sin contar con el riego,  son rescatados con el dinero de todos; los pueblos, la gente, que se jodan, como gritaba en nuestro parlamento la hija de aquel mangante mafioso valenciano, Fabra, refiriéndose a los parados. ¡Que se jodan los parados, que se jodan los griegos, que se joda todo Dios si es necesario a fin de que unos pocos sigan viviendo de puta madre y acumulando como siempre montañas de dinero! La clasificación que establecía ayer de la humanidad cifrada entre los compradores y fabricantes de palos de selfies y aquellos otros que los venden, gente de color que vive a salto de mata, la podíamos volver a reducir aquí de nuevo a dos conjuntos clásicos, el de los exploradores y el de los explorados. Hoy el pueblo griego es una escuálida vaca a la que se quiere ordeñar y ordeñar sin permitirla pastar. Una vaca no da leche si no se le da respiro y se la deja pastar suficientemente. ¿No es suicidio lo que la Troika esta buscando para Grecia?

Leo un artículo de Juan Torres: "La quiebra de Grecia vino producida por la aplicación de políticas neoliberales en los últimos decenios y por la complicidad de las autoridades europeas y de los grandes bancos internacionales con sus gobiernos corruptos y con las élites que se beneficiaron del expolio de lo público y de una fiscalidad poco progresiva. Sin embargo, estas mismas autoridades y estos bancos se empeñan en resolver el daño de esas políticas reforzando su aplicación. Un contrasentido que solo puede tener los efectos desastrosos que ha tenido hasta que llegó al gobierno Syriza y que son bien conocidos. Es una barbaridad que se preste dinero a alguien que está quebrado. Sin embargo, cuando Grecia estaba quebrada como consecuencia de lo que acabo de señalar, la Troika le obligó a solicitar préstamos que se sabía que, lógicamente, no iba a poder pagar. Otro contrasentido que solo puede explicarse porque dar crédito es el negocio de la banca internacional y porque esa era la manera de salvar a los bancos europeos que irresponsablemente habían financiado las políticas corruptas de los anteriores gobiernos griegos en connivencia con la banca internacional que auditaba y respaldaba el engaño."

En la plaza Sintagma reina una tranquilidad de espera, las largas filas ante los cajeros automáticos que describen nuestros periódicos son pura mentira, un alarmismo como tantos otros que buscan lo que buscan; las portadas de El Mundo y El País son pura basura, sus dueños apuntan a sus propios intereses. La suave temperatura de Atenas, la radical normalidad que se respira en las calles invitan al sosiego, nada indica ese dramatismo que uno encuentra en las portadas de los periódicos. Quizás Grecia, con esa cierta despreocupación con que se acatan las normativas municipales, las leyes, sea un modelo de cómo el Mediterráneo se defiende de ese luteranismo de comportamiento estricto que niega a la población el perfume de una buena cerveza o el sabor ligeramente amargo y gentil que se respira al final de las tardes en terrazas y bares de sus ciudades y pueblos.

Uno no puede decir después de haber leído durante media hora el comienzo de una novela que ésta es una pasteta disfrazada de sintaxis post moderna y llena de los tópicos de los que se pasean por el mundo del sexo, la droga o la progresía de última hora como si lo hiciera por el cuarto de estar de su casa; uno no debería decir, pero me atrevo a ello. Elegí un libro de Sergi Durá, Coincidencias, guiado por el hecho de estar en cabeza de cierta web de descargas. Resistí eso, media hora, una tía que le gustaba mucho follar y cuya meta en la vida en estas primeras páginas no parecía otra que apagar el fuego que prendía a cada momento en su cuerpo. Soy un lector carca, está claro, pero es de cajón que estos personajes con este perfil tan moderno y liberado necesitan menos desparpajo y más sobriedad para ser retratados, so pena de caer en los tópicos de creer que por utilizar determinados términos, cierta connivencia con el lado "oscuro" de la liberalidad moral, uno ya está haciendo literatura. Carca porque de continuo me echo las manos a la cabeza viendo lo que se supervende por ahí en las librerías. Carca porque con los años que me quedan de lectura no me va a quedar más remedio que refugiarme en relecturas, en los clásicos, en todos lo que se haya escrito antes de las últimas décadas. Decía Leonardo Sciasia cuando cumplió los sesenta años que él ya no tenía tiempo más que para releer. Quizás tuviera razón, un servidor hace en el mes que entra sesenta y siete.

Me pregunto por quién atendería las tareas de jardinería en lo alto de Olimpo, esos jardines que rodeaban sobre las nubes a los dioses folgando entre cátaras de rosado vino, y hoy, en cuanto nos llegó un WhatsApp de casa en donde nuestro hijo exhibía cuán Zeus sobre el frontón del Partenón, las tijeras de podar en alto, ya supe que no debían de faltar voluntariosos en el Olimpo, tal el caso de mi hijo Guille exhibiendo las tijeras de podar con las que parece estar arreglando los rosales de nuestra casa como si de un Poseidón con su trinquete se tratara. Como se ve nuestra casa no queda desatendida, un barbudo helénico de largos y  agitanados cabellos  cuida de los jardines del Hades acompañado de la pequeña saltamontes.